Buscando conexiones para encontrar soluciones

06 October 2008 | News story

Tras su presentación oficial el pasado lunes 6 de octubre en la tarde, el libro “Pobreza y conservación” continúa hablando claro sobre la asociación entre la pérdida de la biodiversidad y la pobreza y qué alternativas se podrían encontrar para solucionar esta problemática partiendo de posiciones realistas

De acuerdo con Gonzalo Oviedo, Social Policy Advisor de UICN, el libro “Pobreza y conservación” es una exploración de los vínculos entre el estado de los ecosistemas y las condiciones de pobreza y pérdida de medios de vida de poblaciones rurales. Como explica Oviedo, aparte este documento dibuja lo que podrían ser algunas líneas de acción que las organizaciones de diverso tipo deberían tomar para asegurar la permanencia de los medios de vida de las comunidades rurales por medio de la conservación de los ecosistemas.

“Este un libro que se focaliza en ciertos ecosistemas, pero también en ciertos temas que se relacionan con la vulnerabilidad de las poblaciones locales y con la idea de identificar de qué manera se puede reducir la vulnerabilidad”, explicó Oviedo.

Sin ser un tema de gran novedad, este libro alcanza su punto alto en la profundización de un tema ya conocido, el hecho de que la calidad de los ecosistemas es en muchos casos determinante para la sostenibilidad de los medios de vida de las comunidades rurales. Para lograr esta profundidad se vale de experiencias en diversos ecosistemas, entre ellos de agua dulce, de manglares y de tierras de pastoreo donde los medios de vida son alteradas de múltiples maneras por su degradación.

Valor crítico

De acuerdo con Oviedo, el libro tiene la fortaleza de ser crítico en cuanto a la capacidad real de las acciones de conservación para contrarrestar el empobrecimiento. “No se puede ser ingenuo o demasiado optimista en términos de que la conservación de los ecosistemas pueden tener un enorme impacto en reducir la pobreza, este libro es un poco más modesto en este sentido y yo personalmente comparto ésta posición. Yo no creo que podamos afirmar de manera absoluta que la conservación por sí misma es capaz de reducir la pobreza porque cuando la pobreza ya existe hay que hacer un esfuerzo mucho más grande para superarla que solamente trabajar con los ecosistemas. Lo que quiero decir es que no es conveniente sobreestimar lo que se hace”.

No obstante, de acuerdo con Oviedo, la conservación de los ecosistemas está en amplia capacidad de prevenir que muchas comunidades rurales caigan en la pobreza debido a que hay poblaciones que dependen de los recursos de los bosques pero que sus condiciones de vida rozan las condiciones de la pobreza. La misma pobreza puede forzar a las comunidades a incurrir en actividades lejanas a la conservación o de actuar de manera poco benéfica para sí mismas.

Para la UICN la pobreza es un problema que hay que mirarlo de manera multidimensional, no es solo la carencia de bienes materiales, también es una diversidad de otras carencias como limitada educación, carencia o limitado acceso a servicios básicos y la imposibilidad para incidir en las decisiones de los temas que los afectan. “Los pobres son gente marginal en el sentido económico, como también político por su poca capacidad para cambiar lo que los afecta mediante el acceso a la toma de decisión”, explicó Oviedo.